Ante los cambios necesarios e inevitables a los que se ve sometida constantemente la disciplina del derecho, se requiere de múltiples bases firmes que sirvan como guías y asideros en medo del devenir de la realidad jurídica. Una de esas bases sin lugar a dudas se ve representada en la larga tradición del derecho romano, que ya en el momento de su aparición fue un gran, poderoso y radical avance tanto en la normatividad de la civilización occidental, como en la implicaciones sociales y políticas que le son inherentes, y que continúa siendo el terreno donde se tejen a su vez nuevos avances. Como todo aquello que está dotado del vigor histórico, el derecho romano sobrevive en formas siempre ajustables a los nuevos tiempos y sus demandas, aunque no perviva exactamente como lo fue en su hora de fulgor. Su vigencia, su costumbre, su innegable necesidad, además de aquella que nos pide como estudiosos del derecho encarar sus problemáticas, conocerle a fondo, y ser capaces de generar ideas y un pensamiento propio acerca del mismo, son la mejor justificación para el creciente y sostenido interés que pretende humildemente encarnarse en los apartados y artículos del presente blog. Sólo resta agregar que este sitio también representa una invitación a compartir, y en ocasiones crear un interés común, a todo aquel que pretenda encontrarse con las raíces jurídicas de nuestra sociedades actuales.
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